martes, julio 21, 2009

GIBRALTAR ESPAÑOL



La reivindicación de Gibraltar ha sido una constante de la política española desde su pérdida en 1704 hasta nuestros días. La propaganda de una clase política bastante inculta ha tratado de imponer la idea de que reivindicar Gibraltar es algo “franquista”. Falso de toda falsedad: durante tres siglos, todos los gobiernos españoles, de derechas o de izquierdas, monárquicos o republicanos, han defendido la soberanía española. He aquí algunos testimonios:
Francisco Pi y Margall, presidente federalista de la I República: "La patria está encogida porque está cercenada con la exclusión de Gibraltar”. Emilio Castelar, presidente conservador de la I República: “Yo admiro mucho a la nación inglesa. Mas declaro que no puede ser nuestra aliada mientras posea Gibraltar”. Manuel Azaña, presidente del Gobierno de la II República: “Toqué la cuestión del Estrecho haciendo ver la importancia de asegurar su dominio, en caso de guerra. Examiné la cuestión de Gibraltar y dije al Consejo mi propósito de preparar desde el Ministerio de la Guerra los planes necesarios para tener aquel dominio”.

Gibraltar es suelo español desde tiempos de los romanos. La captura británica de la roca fue un simple acto de piratería. Pero, ¿cómo sucedió?
Estamos en 1704. España sufre la Guerra de Sucesión. Carlos II, el último Austria, ha muerto sin descendencia. Los grandes poderes mundiales mueven ficha para que la Corona española quede bajo su área de influencia, porque España ya no es el imperio que fue, pero sigue siendo una potencia descomunal. Por un lado está Francia, que tiene a su favor el testamento real, porque Felipe de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV, ha sido designado heredero por Carlos II, de quien era sobrino; Francia sueña con una alianza francoespañola que multiplique el poder de los Borbones y frene en seco a Inglaterra. Por otro lado está la coalición del imperio austriaco y de Inglaterra, el primero porque el Archiduque Carlos, igualmente sobrino de Carlos II, había sido designado sucesor con anterioridad, y los ingleses porque, evidentemente, temían la constitución de un bloque francoespañol. Podemos ahorrarnos el cruce de intrigas palaciegas y diplomáticas. El hecho es que en 1702 comienza la guerra; primero una guerra europea, después una guerra española.
En ese contexto de la Guerra de Sucesión, el 3 de agosto de 1704 se presenta ante Gibraltar una flota anglo-holandesa al mando del almirante Rooke. No viene en nombre de Inglaterra, sino del Archiduque Carlos; es decir, no es que los ingleses estén invadiendo España, sino que esa fuerza forma parte de los ejércitos de uno de los aspirantes al trono. La fuerza naval es importante: unos 900 cañones amenazan desde el mar. Las defensas de Gibraltar son exiguas: 80 soldados, un centenar de milicianos sin instrucción y 120 cañones de los que un tercio eran inservibles, al mando del sargento mayor Diego de Salinas. Los ingleses instan a la rendición en nombre del Archiduque. No obstante, como la mayor parte de España, incluido Gibraltar, ya habían prestado obediencia a Felipe V de Borbón, la fortaleza decide resistir. La flota anglo-holandesa bombardea a conciencia el peñón: cinco horas de cañoneo, unos 3.600 disparos. Finalmente la plaza se rinde. Es el 4 de agosto de 1704. Salinas no se rinde a los ingleses, sino a Carlos III de Austria, rey de España.
Pero es entonces cuando los ingleses hacen algo que, en rigor, sólo se puede considerar como un acto de piratería. El almirante Rooke, desobedeciendo las órdenes de su jefe, que es el Príncipe de Hesse Darmstadt, y aparentemente sin instrucciones directas de Londres, decide cambiar las tornas y tomar el peñón para la reina Ana de Inglaterra. Las tropas que habían tomado Gibraltar se entregan al asesinato, la violación y el saqueo. El Santuario de Nuestra Señora de Europa fue ultrajado; las imágenes sagradas, decapitadas. Los civiles, antes que someterse a los ingleses, prefirieron abandonar la ciudad; se refugiaron en la ermita de San Roque, y así nació la ciudad que ahora lleva su nombre. Allí se conservan las llaves de la vieja fortaleza gibraltareña.

Los españoles intentaron recuperar Gibraltar sucesivas veces desde aquel mismo año de 1704. Nunca fue posible. Inglaterra decidió aceptar el regalo del pirata Rooke. Después de todo, los ingleses ambicionaban Gibraltar al menos desde medio siglo antes, cuando Cromwell concibió el plan de tomar el Peñón y convertirlo en base para hacer guerra de corsario contra España. Cromwell no lo logró. Tampoco quienes, antes, habían lanzado sus barcos contra aquella roca española, como el pirata Barbarroja en 1540 o el almirante holandés Heemskerk en 1607. Gibraltar no cayó en una derrota militar, sino en una innoble trampa de trilero.
Como es sabido, el estatuto de Gibraltar se formalizó en 1713 el Tratado de Utrecht, que ponía fin a aquella gran guerra europea en cuyo interior se había librado la Guerra de Sucesión española. Aquel Tratado, en lo concerniente al Peñón, decía así:
“El Rey Católico cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, (...) dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno. Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra. (...) Y si se aprehendieran algunas mercaderías introducidas por Gibraltar, ya para permuta de víveres o ya para otro fin, se adjudicarán al fisco y serán castigados severamente los culpados. (...) Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla.”
Aquello era, ciertamente, una borbónica bajada de pantalones, pero sólo hasta cierto punto. Primero, España no aceptaba la legitimidad de la captura inglesa de Gibraltar. Además, la cesión quedaba sometida a numerosas condiciones: la supresión del comercio entre la plaza y el territorio vecino, y el respeto por parte de Inglaterra del culto católico en la plaza. Desde entonces, y va ya para tres siglos, los ingleses han incumplido reiteradamente ya no sólo la legalidad, sino sus propios compromisos.
Tan evidente es que los ingleses no tienen razón, que en la propia Gran Bretaña han abundado los testimonios de gentes muy relevantes a favor de que Gibraltar vuelva a España. El general Sir Robert Gardiner, gobernador de Gibraltar, decía en 1856: “¿Cuáles deben ser los sentimientos de todos los españoles con esta noble Roca a la vista siempre, ocupada por extranjeros?”. John Bright, político liberal británico, denunciaba en 1862: “El Peñón de Gibraltar fue tomado y retenido por Inglaterra cuando no estábamos en guerra con España y su apropiación fue contraria a todas las leyes de la moral y del honor”. William C. Atkinson, hispanista escocés, reconocía en 1954: “La toma de Gibraltar en 1704 fue un acto de piratería”. Arnold J. Toynbee, historiador británico, se preguntaba en 1966: “¿Le agradaría al pueblo británico ver una fortaleza rusa o china en Land’s End o en las islas del Canal?".
La ONU definió en 1964 el estatuto de Gibraltar como colonia, lo cual debería haber implicado ya su devolución a España. Hoy se dice que en un entorno político como el de la Unión Europea, la reclamación española sobre Gibraltar ya no tiene sentido. En realidad, lo que no tiene sentido es la pervivencia de una colonia inglesa en suelo español. Porque el Peñón es suelo español… robado por un almirante inglés que traicionó la confianza de un pretendiente del trono de España. Gibraltar no puede ser moneda de cambio con ningún otro territorio. Gibraltar es, sencillamente, España.

Una muestra más que deja claro que ZP está destruyendo España poco a poco.

14 comentarios:

Ramiro Semper dijo...

Pedir que la panda de paletos envilecidos que nos gobierna tenga un mínimo conocimiento histórico o un atisbo de dignidad es pedir peras al olmo.
Esta chusma siempre está del lado de los enemigos de España.

Anónimo dijo...

España deberia de romper relaciones con Inglaterra hasta que Gibraltar nos fuera devuelto.Y si los actuales habitantes se sienten britanicos,se les paga el viaje a las Islas y fin de la historia.

Legionarius dijo...

O amenazar con salir de la Unión Europea hasta que se solucione.

Un saludo español...

Anónimo dijo...

Segun me han contado,dentro de poco a España le toca poner dinero en la Union Europea,asi que dudo mucho que acepten que salgamos antes de poner pasta.

Legionarius dijo...

Y mientras los "hijos de la gran bretaña" utilizando sus libras, su sistema métrico y conduciendo por la izquierda. Bonita Europa unida.

Un saludo español...

Draco dijo...

Pues eso, que no somos más bobos (que viene de Bobones) porque no somos más grandes.

JULIUS dijo...

El tema de Gibraltar lo debió haber planteado España a la hora del ingreso en la OTAN.
Recordemos que fue el PSOE el que en 1982 ya decidió abrir la verja.

http://www.atrapavideo.com/en/video/ver/120835/Gibraltar-espaol-Asi-lo-reclamaba-Franco-NO-DO

¡GIBRALTAR ESPAÑOL!
¡MALVINAS ARGENTINAS!

Rafa España dijo...

¿Te imaginas?

http://rafaespana.blogspot.com/2009/07/gibraltar.html

Un saludo.

Anónimo dijo...

FASCISTAS. CON LA CANTIDAD DE TERRITORIO QUE HEMOS TOMADO Y QUE SI NO NOS ECHAN AHÍ SEGUIMOS ESQUILMANDO... Y NOS PREOCUPAMOS DE UNA ROCA... FASCISTAS

Legionarius dijo...

Anónimo, ¿Dónde naciste tú, tu puta madre o tus mil padres? (como verás yo se insultar también).
Yo soy español y tú eres un rojo de mierda sin país.

Un saludo español…

Anónimo dijo...

Fantástico el artículo, sobre todo porque está basado en datos 100% historicos, no hay mas argumentos que los de la ley; los insultos sobran cuando la razón es indiscutible.

Pero no podemos olvidar que somos odiados hasta por nuestros hermanos, y eso es un lastre que no nos permite crecer como nacion, necesitariamos estar unidos y tener una sola voluntad para de verdad poder recuperar Gibraltar.Los ingleses en eso nos llevan una ventaja descomunal, el ingles se siente orgulloso de serlo, el español en general, siente hasta verguenza de decir que lo es.

Esta el la mayor victoria de nuestros enemigos, habernos robado lo que fuimos, orgullosos,altivos,fuertes e inquebrantables, a nosotros no se nos podia vencer cara a cara, solo se nos podia vencer con la mentira y la traicion y asi fue, precisamente, como Inglaterra nos ganó, y como nos han vencido todos nuestros "hermanos" europeos desde hace mas de 2 siglos.

Amigos, no creo que estemos solos los que pensamos así, pero lamentablemente somos demasiado debiles para hacer algo, y demasiado perezosos para hacer ruido, somo lo que somos, perros domesticos, no nos hagamos ilusiones, cuesta poco poner letras en un mensaje; pero sacrificarse cada dia, partirse la cara en movilizaciones, organizando actos etc, y hacerlo por amor al arte sin cobrar nada,sin sacar mas beneficio que recibir golpes de todos lados, eso es ya otra historia.

Seguiremos quejandonos, tendidos en nuestro sofa, con el culete caliente,como lo que somos,ciudadanos aburguesados indignos de llevar la sangre que llevamos.

Anónimo dijo...

Yo he estado de vacaciones en San Roque y en zonas colindantes he visto en locales el letrero que te dice lo que es solo en ingles. En otras ciudades iba a mirar un folleto y estaba todo en ingles. Es como si yo monto una inmoviliaria en Holanda por ejemplo y lo pongo en Español. "Inmoviliaria...tal" A mi me parece fatal...

Anónimo dijo...

muy buena pagina si señor, no entiendo como lo de Gibraltar sigue exactamente ingual que siempre, mira que es facil, lo primero es que se le quiten los beneficios fiscales, eso es lo que hay que conseguir, lo siguiente caera por su propio peso, pero para esto hacen falta politicos con coraje y honor, no putas baratas que por maletines vendan a su patria.

Anónimo dijo...

son unos hijos de puta todos..., y encima se pavonean de que gibraltar es suyo mandando miembros de la familia real británica al peñón, es para pegar un cañonazo bien fuerte y mandarlos a donde an salido, al infierno, bueno, un saludo, ¡¡¡viva el generalísimo y arriba España coño!!!