Cualquier persona que no piense como los “tolerantes” socialistas, comunistas, anarquistas, antifascistas (una palabra que denota tolerancia a los demás), etc., y que sea atacado por uno de estos grupos, ha de saber que no tiene derecho a defenderse, ya sean dos o doscientos quienes intenten agredirle.
Josué ha sido condenado a 26 años por defender su vida ante la agresión de un “valiente” grupo de decenas de hijos de puta que se llaman a si mismos tolerantes y demócratas, pero que en realidad no consienten que en España se piense de una forma distinta a la de ellos. Y el gobierno socialista, junto con la justicia que controlan, los apoya.
Estos elementos radicales de izquierdas ya tienen apoyo legal para campar a sus anchas. Saben que a todos, menos a ellos, se les aplicará el agravante de odio ideológico, o algo parecido. Saben que son más y que provocan más dolor y destrozos que sus eternos enemigos. Y también saben que la publicidad negativa de todos los medios es para sus contrarios, quedando ellos como luchadores de la libertad.
Para los que aún no lo saben, el abogado del tal Pollo es Erlantz Ibarrondo (defensor de etarras y radicales de izquierdas). Y Esteban Ibarra, que tanto apoyo ha dado, es un terrorista del FRAP que ha creado el Movimiento contra la intolerancia, que no persigue la intolerancia de la izquierda.
Se trata de una condena ejemplar y sin ningún tipo de imparcialidad, ni de justicia, que nos condena de antemano a todos los que no somos como ellos.
En este país la “justicia” no es ciega, mira siempre hacia el mismo lado.
Josué ha sido condenado a 26 años por defender su vida ante la agresión de un “valiente” grupo de decenas de hijos de puta que se llaman a si mismos tolerantes y demócratas, pero que en realidad no consienten que en España se piense de una forma distinta a la de ellos. Y el gobierno socialista, junto con la justicia que controlan, los apoya.
Estos elementos radicales de izquierdas ya tienen apoyo legal para campar a sus anchas. Saben que a todos, menos a ellos, se les aplicará el agravante de odio ideológico, o algo parecido. Saben que son más y que provocan más dolor y destrozos que sus eternos enemigos. Y también saben que la publicidad negativa de todos los medios es para sus contrarios, quedando ellos como luchadores de la libertad.
Para los que aún no lo saben, el abogado del tal Pollo es Erlantz Ibarrondo (defensor de etarras y radicales de izquierdas). Y Esteban Ibarra, que tanto apoyo ha dado, es un terrorista del FRAP que ha creado el Movimiento contra la intolerancia, que no persigue la intolerancia de la izquierda.
Se trata de una condena ejemplar y sin ningún tipo de imparcialidad, ni de justicia, que nos condena de antemano a todos los que no somos como ellos.
En este país la “justicia” no es ciega, mira siempre hacia el mismo lado.